martes, 9 de julio de 2013

Acuerdo pone freno a la internación de cebolla peruana de contrabando

Un convenio firmado entre el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y la Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos Originarios de la Provincia Mizque (Csutcopm) busca poner freno al ingreso de cebolla peruana de contrabando que afecta a los productores de esa región.

El alcalde del municipio cochabambino de Mizque, Johnny Pardo, informó que el acuerdo fue posible con la intervención de la ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Nemesia Achacollo, quien hizo gestiones en el Senasag

Al respecto, el Senasag informó que restringirá el ingreso de cebolla peruana de contrabando y alista la emisión, en las próximas horas, de una resolución ministerial para que todo producto de origen vegetal ingrese con certificación fitosanitaria de origen.

Además, la entidad tiene previsto fortalecer los puestos de control ubicados en las zonas fronterizas con el vecino país, que tendrá el apoyo y el control social de las comunidades campesinas bolivianas asentadas en la región, según se informó.

En días pasados, el Alcalde de Mizque se entrevistó con autoridades del Ministerio de Desarrollo Rural y Agropecuario para solicitar que se prohíba la internación de cebolla desde el Perú, debido al bajo precio en el que se oferta y porque esa región del valle de Cochabamba produce, en estas fechas, ingentes cantidades que no hallarían mercado ante la desleal competencia de precios de la cebolla de contrabando.

Pardo explicó que la calidad de la cebolla cochabambina es similar o mejor a la que se importa desde el Perú, porque Mizque siempre ha sido reconocido como el primer productor de cebolla y porque desarrolló proyectos para poder mejorar el producto.

Explicó que la pérdida para los productores del valle de Mizque podría ser “tremenda” en caso que se mantenga en 80 bolivianos la bolsa de la cebolla importada, “porque prácticamente el precio razonable que hemos sacado es de 150 bolivianos que alcanzaría para pagar las deudas e intereses de los agricultores”, señaló.

Antecedentes

En 2006, el contrabando de cebolla peruana ocasionó grandes pérdidas económicas al sector.

En aquella época, los productores de cebolla de Cochabamba y del país acordaron con la Aduana Nacional, el Senasag y el Ministerio de Agricultura que se establezcan puestos de control aduanero en puntos estratégicos de ciudades fronterizas y varios requisitos para la internación legal del producto como registro fitosanitario, bolsas de baja densidad y un peso no mayor a 25 kilogramos. La norma no se habría cumplido.

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