martes, 23 de julio de 2013

"La Esperanza" permite obviar intermediarios

El éxito en el negocio del lavado de verduras, logrado por la microempresa “La Esperanza”, permitió no solamente que se pudiera adquirir dos máquinas más, sino también realizar la venta directa en mercados, eliminando a los intermediarios.

"Hemos recuperado nuestra inversión”, dice orgulloso Evert Lunasco, uno de los cuatro socios luego de explicar que las nuevas máquinas fueron compradas ya sin la ayuda de la Fundación Contra el Hambre.

El coordinador de este proyecto en la Fundación, Arnaldo Vargas, afirma que un elemento que dio lugar al éxito de esta microempresa es que los cuatro socios desarrollaron su trabajo en base a un plan de negocios, además que manejaron de manera “impecable" los libros de contabilidad, "lo que equivale a llevar la microempresa con una visión de futuro".

Vargas también resaltó que los socios tienen una buena relación, lo que les permite hacer trabajo en equipo.

La adquisición de las dos nuevas máquinas supuso mayores ganancias para la microempresa y poder atender a un mayor números de productores.

Lunasco afirma que el éxito de “La Esperanza” no sólo se ha visto reflejado en la compra de más máquinas lavadoras, sino también en la calidad del servicio porque, con el tiempo, se logró no sólo entregar las hortalizas lavadas, sino también embolsadas y con el logotipo de la empresa.

Esto ha permitido a los productores eliminar a los intermediarios y comercializar directamente sus hortalizas en centros de abasto como el Mercado Campesino, en Cochabamba, y el Abasto, en Santa Cruz, que son los primeros clientes de la microempresa.

Los socios tienen como objetivo comercializar la verdura a gran escala y venderla a los supermercados más grandes de las ciudades del eje troncal.

Entre sus planes también está la exportación a países vecinos como Argentina y Chile.

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